Cria de ovoviviparos
Los platis se comportan en forma parecida aunque no tan agresiva y las peleas entre machos son cortas y debido generalmente a la posesión de hembras. Las mollies son sumamente pacíficas y rara vez vemos ataques entre ellas, en ese caso son generalmente alardes de valor sin consecuencia alguna. Y los guppies están siempre tan ocupados en mostrarse a las hembras y a todo el que se les ponga delante, que se olvidan de pelear por alguna causa. Estos cuatro grupos, pese a tener levísimas diferencias en los tipos de aguas que prefieren, conviven en condiciones óptimas en un acuario común. Pero eso nos puede hacer caer en el error de superpoblar el acuario con la consiguiente posibilidad de desastre.
Video de hembra de Platy pariendo
Desgraciadamente eso restituiría el equilibrio en un ambiente natural y abierto, pero en un circuito cerrado como es el acuario, nos lleva a la hecatombe. Son muchos los autores que recomiendan el agregar al agua dulce una cucharadita rasa de sal gruesa no iodizada, por cada 10 litros (mollies cada 5 litros), puesto que gustan de ese tipo de agua, salada y dura. Ya que los encontramos en corrientes de agua, lagos límpidos y bien oxígenados, se recomienda acuarios bien aireados, con abundancia de plantas para la oxigenación, y un buen filtro para la liberación de amoníaco y nitritos, conservar baja la concentración de nitratos y mantener una circulación excelente para impedir de esta manera la acidificación del agua.
La temperatura es importante, no por ser estos peces exigentes en ello, sino porque los cambios y las bajas en los grados, facilitan el acceso de enfermedades y epidemias.
Debemos mantener el acuario a no menos de 20 grados centígrados (68 F.), siendo lo ideal entre los 23 a 25 grados, gustando las mollies los 27 grados. Como no son peces tímidos o asustadizos, no necesitan de cuevas, escondrijos ni protecciones para su comodidad; si bien las plantas no deben faltar para espiar después de un susto momentáneo. Gustan de la luz y así son observables en toda su hermosura. Les agrada pastorear las algas de las superficies de las hojas sin destruirlas (si las comen, es por falta de luz para la proliferación de algas), y tampoco las arrancan de raíz para obtener alimento. Egeria, Ceratophyllum, Miriophyllum, Cabomba, etc. son ideales junto con algunas de hojas anchas y resistentes como Nomophila sp. Aún las plantas de plástico, luego de un tiempo de recubrirse de algas, son benéficas. Buena luz representa buenas plantas y algas; unas 12 a 14 horas diarias de iluminación dan los mejores resultados, respecto a la fuente de luz, ya hemos hablado exhaustivamente del tema en otros artículos. Pero quizá la simpatía mayor la demuestran a la hora de alimentarlos; nos reconocen de lejos y también reconocen el recipiente de alimento, acercándose y agrupándose glotonamente contra el vidrio anterior y mostrando todas sus monerías. Aceptan cualquier tipo de comida y variación de la dieta y la devoran golosamente haciéndonos incurrir en el error de sobrealimentarlos. Como sus pequeños estómagos tienen capacidad para montones de comida y sus demostraciones son entusiásticas, llegamos a creer que son insaciables pero pagamos caro el creerlo. Controlémonos o caemos en el desastre. Lo ideal es darle la suficiente comida que puedan consumir en cinco minutos, flotante o sumergida; y no agregar ni una pizca mas, pese a sus ruegos y a nuestro débil corazón. Por suerte la naturaleza los ha dotado de un metabolismo acelerado y eso simplifica las cosas, podemos alimentarlos espaciadamente y con cinco minutos de comida, hasta cuatro veces al día.
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